viernes, 31 de diciembre de 2010

.nouvel an

Lo único que me falta.

Infeliz año nuevo debería decir la gente. Yo, al menos.

Un año que termina TAN mal no puede jamás dar lugar a un año que empiece bien. Jamás. Es absolutísimamente imposible.

Hace tres semanas que tengo la suerte invertida. Llegando al trabajo, un pájaro estúpido me ATACÓ. Se me tiró encima, desde atrás. Dos veces. Eso no puede ser otra cosa que señal de que el karma está en mi contra. La naturaleza siempre responde a esas cosas, es sabido. Hay que saber verlo.

No, señores, yo Fin de Año aquí ni lo celebro . Veintitres años son más que suficientes. Saqué pasajes y me voy a pasarlo conmigo misma en otra parte, y si pudiera hacerlo incluso sin mí sería ideal. Necesito internarme una temporada en el bosque sin contacto humano. Creo que si no lo hago pronto me va a estallar el cerebro. No tolero a la gente y no tolero esta vida que llevo. Me sobrepasa.

Pues bien, es imposible detener la desenvoltura de los acontecimientos. Fin de año VA a llegar, irremediablemente. Este año estoy menos tolerante pero más preparada. No me va a tomar desprevenida.

lunes, 27 de diciembre de 2010

.misanthropie

"Quizá haya elegido la Literatura porque no obliga a una relación de intercambio con el mundo; escribir es una práctica muy autista."

Alan Pauls


No salgo de mi casa hace días. No quiero estar con nadie, no quiero ver a nadie, no quiero cultivar lazos con NADIE. Nadie, nadie, nadie. No quiero salir, no quiero que me vean, no quiero ver, no quiero hablar, no quiero escuchar, no quiero saber que la vida existe, que la gente existe, que el mundo existe afuera. Quiero encerrarme, encerrarme, encerrarme, enterrarme. Morirme.


No quiero contacto, no quiero, NO. Quiero alejarme, encerrarme, eliminarme, enterrarme.


Me enferma la gente. La odio, la detesto, me cansa, me aburre, me daña, me agota, me invade, me irrita. No puedo soportarlo un segundo más, cada minuto es más intolerable.


Todas las personas me terminan repugnando y cansando asquerosamente.


Sí, ayer estuve toda la noche enclaustrada en mi cuarto leyendo por decimoquinta vez Dairio de una Huída (Marylin Harris) y por onceava vez Poesía completa de Alejandra Pizarnik. Con la mudanza extravié El Pasado de Alan Pauls que debe estar al fondo de alguna caja cualquiera. Me quedé dormida, ayer falté a la fiesta de Jhoselyn, hoy tampoco fui al trabajo. No quiero hacer otra cosa que leer compulsivamente, escribir toda superficie de papel que tenga al alcance de mi mano, escuchar Sigur Rós y sentir el viento de la madrugada. Nada más. Convengamos que los ochenta mil grados de temperatura no son lo más estimulante para salir del claustro. Amo intensamente el invierno.


A las personas de mi especie no nos gusta interactuar. Y no soy de esa clase de gente a quien la otra gente la intimida o la cohíbe. No. Yo no quiero interactuar porque no me gusta. En mi caso yo soy quien intimida y cohíbe a los demás. Lo mío no es por incapacidad. Es lisa y llanamente porque no me interesa en lo más mínimo. No me gusta la gente ni lo que (no) aportan. No me siento gente. Yo estoy en otro estrato. Y no hablo de niveles, de ser mejor o ser peor; hablo de planos, dimensiones diferentes. Yo soy como flotante en la realidad. Soy como visitante, o incluso intrusa, de este mundo. Soy ajena a él. Él es ajeno a mí.


"Mi enfermedad de lejanía, de separación, de absoluta no-alianza con ellos (...) Le pasó como a mí (a Kafka): se separó. Fue demasiado lejos en la soledad y supo que de allí no se vuelve. Se alejó -me alejé- no por desprecio sino porque una es extranjera, una es de otra parte. Ellos se casan, procrean, veranean, tienen horarios, no se asustan por la tenebrosa ambigüedad del lenguaje". (Alejandra Pizarnik)

viernes, 17 de diciembre de 2010

.étrangerère

Necesito fugarme.

En algún punto del tiempo me desligué de todo lo que creía cierto, de todo lo que daba por hecho, de todo lo que suponía que entendía e incluso aceptaba por el simple hecho de no haber reparado en el asunto. Recién después de años y años creo que tomé un poco de consciencia de las cosas. Vivo. Estoy viva. Podría estar haciendo mil cosas ahora, y no hago ninguna. Me pregunto por qué no simplemente me levanto y escojo una. Vivo con personas, no con mi familia. No existe tal cosa como mi familia. Podrían ser otros y no habría diferencia. Son sólo personas. Cualquier persona. No estoy ligada a ellas de ninguna manera. Resido en una ciudad. Resulta ser Tula, pero podría ser cualquier otra. Sería lo mismo. De todos modos nunca pertenecí a ningún sitio, nunca me sentí parte de nada.

No estoy ligada ni conectada a nada de lo que compone mi vida. Todas las cosas que conozco podrían simplemente mutar o desaparecer y no me importaría, no me afectaría, no sentiría desarraigo porque no estoy arraigada a nada. No estoy incorporada a la existencia que me toca sino que más bien floto através o sobre o al lado de ella con absoluta languidez e indiferencia. Yo no elegí mi familia ni mi lenguaje ni la ciudad donde moro, por lo tanto no tengo por qué comprometerme con ello. No me responsabilizo porque no me incumbe, no me corresponde, no tiene absolutamente nada que ver con mi persona y es por esta misma razón que no tengo lazos emocionales con nada. No elejí nada de todo esto excepto todas las anomalías mentales de las que me jacto.

Me veo forzada (aunque hoy en día me pregunto: ¿me veo realmente forzada? No.) a existir en una especie de realidad que me desagrada bastante y que me produce un agotamiento indecible e incluso se atreven a hacerme coexistir con una serie de cosas que me desagradan aun más. Y realmente me surge la necesidad imperiosa de gritarles: ¿Cómo se atreven? ¿Cómo se atreven a decir que uno es egoísta por decidir que no se quiere existir? Yo soy dueña de mi vida y decido hacer con ella lo que necesite y quiera hacer. Si la vida para mí supone un enorme gasto de energía innecesario y simplemente por más que le busque el sentido a tanto desgaste no se lo encuentro... si la vida me supone hastío, amargura, cansancio, tedio, dolor, ¿no son más egoístas los que quieren que viva de todos modos? Ellos quieren que uno exista porque si uno deja de existir se sienten "mal". Al margen de que ese "mal" les duraría un par de meses, con suerte, y retomarían sus vidas normalmente, realmente me están diciendo que quieren que exista aunque me angustie y quiera morirme cada día de mi vida. ¿Y yo soy egoísta? Habría que hacer una revisión de la ridiculez del asunto.

Necesito estar sola. Saberme la única persona a kilómetros a la redonda. Entrar en mutismo total. No quiero volver a escuchar a un ser humano hablar hasta nuevo aviso y quiero hacer un voto de silencio por tiempo indefinido. "Cada día desearía no tener que hablar", decía Alejandra.

Soy una persona sin ubicación, origen, procedencia, destino, familia u hogar. Nunca estoy donde quiero estar y nunca quiero estar donde estoy.

lunes, 29 de noviembre de 2010

.éloignement

No entiendo cómo puede ser tan difícil encontrar gente que valga la pena el maldito esfuerzo. Llegó un punto -hace años, hace tantos años que ya no recuerdo cómo éramos mi vida y yo antes de que sucediera- en el que simplemente dejé de buscar: no me interesó nunca más. Es el día de hoy que nada me parece más una perdida de tiempo que relacionarse con otros individuos y socializar.

Recuerdo un fragmento de Ernesto Sábato en El Túnel (vaya si habré leído unas cuantas veces ese libro) donde Pablo Castel dice que las personas y él están separados por un túnel transparente, a través del cuál pueden verse pero no oírse y entenderse. En otro fragmento, Pablo dice que hablar con otras personas es como tratar de explicarle algo a alguien a los gritos, en ruso. Sí, definitivamente estoy de acuerdo.

Uno siempre se pregunta cosas, sobre todo cuando se procura a sí mismo la soledad más absoluta posible. Después de unos años uno deja de preguntarse cosas, venciendo así a la naturaleza humana. Ya de por sí elegir la soledad de por vida es vencer a la naturaleza humana, tan asquerosamente sociable -amo el lenguaje, pero la palabra sociable me produce una repugnancia que llega muy lejos de toda explicación.

Tengo fragmentos y fragmentos de diario íntimo que podrían afirmar y reafirmar todo lo que estoy diciendo ahora, en caso de estar realmente diciendo algo. Nada innovador, por supuesto. Estoy convencida de que todo se ha dicho y se ha hecho. No hay más nada. La actualidad es una nulidad absoluta y ridícula. Todo lo que había por decir en este mundo se fue con Alejandra Pizarnik.-